¿Por qué las minutas contractuales no son tu mejor opción?

¿Por qué las minutas contractuales no son tu mejor opción?

J.W. Miller Abogados S.A.S”

 

Todos en algún momento hemos debido realizar un contrato para obtener un producto, bien o servicio, que satisfaga un interés o una necesidad propia o ajena. Pensemos por ejemplo, en la simple compra de víveres en el supermercado o en el contrato de transporte que hacemos de manera verbal cuando tomamos un taxi al trabajo. Estos contratos sencillos si bien no necesitan estar por escrito, conllevan en el fondo un acuerdo de voluntades expresado de manera verbal o por conducta. El problema, sin embargo, es cuando los negocios se tornan más complejos e involucran un mayor riesgo de incumplimiento, como cuando las prestaciones que se deben las partes entre sí involucran variables que están por fuera de su control, como puede ser el otorgamiento de un crédito, la concesión de una licencia, o la entrega oportuna de los insumos por parte de un proveedor. Algunas veces también se contrata con una persona (natural o jurídica) en atención a sus calidades únicas, experticia o conocimiento especial, como cuando se contrata la realización de un estudio de mercado, una asesoría de un experto, entre otros. Esto hace, por ejemplo, que deba pensarse en una cláusula que prohíba la cesión del contrato por parte del prestador característico.  En otras ocasiones, el interés de una de las partes puede no consistir necesariamente en la remuneración, sino en la obtención de algun otro beneficio, como puede ser la obtención de un aliado, una posición estratégica en el mercado o la transmisión de conocimiento. Así también, en algunas ocasiones un cliente puede interesarle un producto o servicio siempre y cuando se le suministre en una fecha específica ¿qué pasa entonces si no se cumple con la obligación antes de esa fecha?

 

Sin lugar a dudas, con quién contratamos, el momento en que lo hacemos, las razones por las que decidimos contratar y las condiciones del mercado en un momento dado, marcan la diferencia. El problema es que lastimosamente las expectativas que cada parte tiene en un negocio normalmente no son reveladas al otro contratante como si se tratara de una estrategia de negociación, por miedo a que la otra parte pudiera aprovecharse de esta información. Esto se vuelve aún más complicado cuando se hace uso de minutas preelaboradas que no atienden las circunstancias reales de los contratantes, muchas veces con el pretexto de querer ahorrarse el costo de tener que contratar a un abogado. Al final, todo esto genera consecuencias mucho más costosas para los contratantes, porque las cláusulas finales no reflejarán su voluntad real y seguramente se presentarán controversias entre ellos que conducirán a una demanda, un litigio y finalmente a una condena adversa para alguna de las partes.

 

Partiendo de la definición más básica de un contrato como un acuerdo de voluntades, impensable sería alcanzar un acuerdo de voluntades cuando las voluntades reales de los contratantes no han sido siquiera reveladas entre ellos en un proceso de negociación porque simplemente se limitaron a cambiar los nombres, fechas y domicilio en una minuta descargada de internet sin atender sus intenciones o motivos reales. Si no se describió en detalle la calidad y/o características especiales que debían tener las mercaderías contratadas por ejemplo, en caso de un litigio, seguramente se interpretará que el vendedor cumplió el contrato al entregar una mercadería de calidad promedio; si no se especificó que el tiempo era de la esencia, lo más probable es que el simple retardo no sea visto como un incumplimiento esencial, etc.

 

Por todo lo anterior, en la firma J.W. Miller Abogados S.A.S no hacemos uso de minutos preelaboradas, sino que siendo conscientes de que cada uno de nuestros clientes tienen requerimientos y necesidades específicas, preferimos acompañarlos desde la primera fase de negociación y redactamos un acuerdo para ellos desde “ceros” que reflejará fielmente sus intereses reales.

 

Image by aymane jdidi from Pixabay

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